El término celíaco viene del griego κοιλιακός (koiliakós, intestinal). Así que ya nada más por la etimología de la palabra, intuimos de qué va todo esto…
La celiaquía es una enfermedad autoinmune. Es una intolerancia en que nuestro cuerpo no puede asimilar el gluten (un conjunto de proteínas que se encuentra en muchos cereales) y causa normalmente graves y molestos problemas intestinales. La mucosa y las vellosidades de los intestinos reaccionan inflamándose y provocando diferentes síntomas:
– diarrea
-calambres
-dolor abdominal
– disminución del apetito
– náuseas y vómitos
– pérdida de peso
(entre otros)
Al inflamarse las paredes del intestino, no se realizan correctamente los mecanismos de absorción e incluso la persona podría llegar a estar seriamente desnutrida – de ahí una notable pérdida de peso. Pero al faltar también vitaminas y minerales, podría haber en niños por ejemplo un retraso en el crecimiento normal o alteración en el carácter.
La mala noticia sobre la celiaquía es que viene por predisposición genética y se desconoce la causa exacta. Un 1% de la población la padece pero además… un 75% de los pacientes aun no están diagnosticados y no han conseguido lograr una buena salud intestinal.
Cuando a un niño o a un adulto se le detecta el problema, es algo bueno. Con unos hábitos alimentarios adecuados podría llevar una vida totalmente normal y sin sobresaltos. El tratamiento es sencillo: DIETA ESTRICTA SIN GLUTEN. La enfermedad no se cura pero evitamos los incómodos síntomas de consumir gluten.
Los cereales más famosos que tienen gluten son: trigo, cebada, avena y centeno.
Arroz y maíz, en cambio, son los dos cereales clave que sí puede consumir una persona celíaca.
La detección de esta intolerancia debe hacerse mediante análisis clínicos. Según los síntomas que se presenten o si existen familiares ya diagnosticados, es mejor acudir directamente a un profesional para determinar si se trata de celiaquía o no.
Queremos resaltar la importancia de detectarlo de forma temprana puesto que cuanto antes se conozca el problema, antes podremos iniciar la dieta gluten-free y nuestro intestino se verá menos dañado. Hemos oído casos de personas que, tras ingesta continuada de productos con gluten han tenido que ser hospitalizadas por desmayos y dolores abdominales muy fuertes.
Por suerte, en los envases de alimentos se debe declarar si posee gluten y cada vez hay menos contacto accidental de los celíacos con productos que lleven gluten.
Si deseas más información sobre la dieta del celíaco, pregúntanos en la farmacia. Estamos aquí para ayudarte 🙂