Nuestra boca es la puerta de entrada de los alimentos pero también es la puerta de entrada a microorganismos que desean habitar sobre y entre nuestros dientes y fastidiarnos la dentadura.
Con este artículo queremos explicaros de forma clara lo más relevante sobre limpiarse los dientes y sobre todo, romper con algunos mitos que quizá están demasiado extendidos y no acaban de ser correctos.
En cuanto al cepillado, hay que tener presente el número 2. Como mínimo dos veces al día y como mínimo durante dos minutos. Por supuesto, eso es simplemente una recomendación mínima… ¡Nunca es demasiado si se hace bien! Hay situaciones, por ejemplo una infección bucal, llevar ortodoncia o una intervención en la boca, que pueden hacer necesaria una mayor limpieza y por ello habrá que seguir siempre la recomendación del dentista.
A continuación creamos un decálogo pensado para que si seguimos los siguientes 10 puntos, tendremos una boca 10.
- Elegir un cepillo de forma y tamaño adecuados. Los hay con la zona de las cerdas de cepillado más pequeña y así se convierte en un cepillo más accesible llegando a zonas más escondidas.
- Elegir una dureza correcta. Los hay desde los ultrasuaveshasta los cepillos duros. Consulta con tu odontólogo cuál se adapta más a tus necesidades.
- Cambiar el cepillo cada 3-4 meses o antes si vemos que se ha deteriorado.
- La cantidad de pasta dental no debe ser más que el tamaño de un guisante. No hace falta mucha pasta de dientes para lograr resultados óptimos.
- Recuerda que los dientes deben limpiarse por delante y por detrás. También se debe cepillar la superficie con la que masticamos.
- La manera recomendada de limpiarse los dientes es de arriba a abajo – de encía a final del diente. La limpieza consiste en barrer los alimentos que hayan podido quedar sobre la dentadura. No tanto en restregar o fregarlos.
- Es recomendable esperar una media hora para lavarse los dientes tras la comida o tras beber alimentos ácidos porque al cepillarse los dientes, se repartiría el ácido por la boca y no sería positivo para nuestra dentadura.
- Si no se tiene a mano un cepillo, conviene usar un colutorio (líquido de enjuague) o masticar chicle sin azúcar.
- ¡La lengua también debe limpiarse! E incluso las mejillas o el arco de la boca.
- Sobre todo, hay que lavarse los dientes antes de irse a dormir. Por la noche, salivamos menos y la lengua se mueve mucho menos (igual que los músculos de la boca en general) y los gérmenes se quedan en la boca acomodados y haciendo «maldades» durante más rato.
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